Actualización enero 2022.
Las importaciones desde Asia vuelven a complicarse. Aumentan los contagios con la variante ómicron en China y el mundo empieza a notar sus efectos.
Factores
Por un lado está la congestión en los puertos para sacar mercancía antes del nuevo año chino (CNY). Este año dará comienzo el 1 de febrero y ya se perciben muchas empresas que cierran para volver a abrir a mediados de febrero. Como consecuencia, algunas compañías navieras están suspendiendo servicios en China y todas las oficinas de aduanas permanecerán cerradas. La capacidad estará bajo una tremenda presión y los fletes tienen una alta tendencia a dispararse en tales situaciones (los fletes para 20 pies desde Shanghái ya pasan de los 10000$ en enero y ascienden a 15000$ para los 40 pies)
Por otro lado, los Juegos Olímpicos de Invierno se llevarán a cabo en Beijing del 4 al 20 de febrero. Se espera que tanto las inspecciones de seguridad como el control de carreteras se endurezcan, y las restricciones a las mercancías peligrosas se implementen unos días antes y durante el evento.
Igualmente, los brotes repentinos de casos de COVID-19 pueden causar interrupciones adicionales. En el sur de Shenzhen, han endurecido las restricciones a los vehículos que desde la semana pasada intentan entrar a la ciudad. Eso está generando preocupación por los retrasos en el puerto cercano de Yantian (algo similar se vivió en 2021 en otros puertos), que es uno de los puertos de contenedores más grandes de Asia y estuvo parcialmente cerrado durante un mes el año pasado después de un brote.
La buena noticia es que Ningbo, el tercer puerto más grande del mundo y que ha estado en confinamiento parcial casi desde primeros de 2022 ya va levantando restricciones a las entradas y salidas.
Medios
Hoy, según varias fuentes, el problema es que ómicron ha surgido por sorpresa y su rápida expansión está impidiendo que se tomen las medidas preventivas necesarias para evitar un atasco monumental en la cadena de suministro global. Ahora el mundo está a merced de la expansión de esta variante y de la tolerancia que muestre el gobierno de Pekín a su expansión, algo realmente impredecible.
En palabras de uno de nuestros partners: “desde el verano pasado, la situación se resume en la palabra desorden y cada vez que parecía que se ordenaban las cosas pasaba alguna desgracia (el canal de Suez, el colapso puerto de Yantian, el cierre puntual de puertos chinos por COVID…) que volvía desordenar todo.”
