
El repunte de casos de Covid-19 en China alerta de una posible congestión en los puertos más importantes del país y de la ralentización de la producción en las fábricas. Por otro lado, la guerra en Ucrania está ahora provocando una penuria de pallets, ya que gran parte de su producción se realizaba en Ucrania y Rusia. Si bien las fábricas del oeste de Ucrania han reanudado su actividad, muchos trabajadores están luchando en el frente.
PRECIO FLETES
Los fletes siguen en ligero descenso desde primeros del 2022 (-11% desde Shanghái respecto a la primera quincena de abril), pero representan el doble que en el mismo período del año pasado.
Sin embargo, esta bajada de precios no parece que se vaya a mantener en los próximos meses, ya que hay que tener en cuenta la situación del conflicto entre Rusia y Ucrania, la reanudación de actividad en los puertos chinos tras el nuevo año chino y la escasa construcción de buques nuevos. En la actualidad hay en el mundo unos 5.498 buques portacontenedores, con solo cinco navieras de mayor importancia. También seguimos con una preocupación que se mantiene desde el 2019, como es la falta de contenedores, con lo que resulta muy complicado poder llegar a un abaratamiento del tráfico marítimo de mercancías.
NUEVA OLA DE CONTAGIOS EN CHINA
El aumento de los contagios y la política de Covid-cero que lleva a cabo China, ha obligado a confinar de forma indefinida a cerca de 25 millones de personas en Shanghái desde hace dos semanas. A ello se suman los habitantes de Shenzhen con cerca de 12,6 millones de residentes.
Las empresas están aplicando planes de contingencia para mantener su actividad habitual e incluso algunos trabajadores permanecen en las oficinas, durmiendo y comiendo allí, para evitar ser confinados.
La cadena de suministro también volverá a sufrir un problema que parecía olvidado: el atasco en el transporte marítimo. Shanghái es el puerto de contenedores más grande del mundo y su volumen de actividad ha caído cerca de un 40% semanal, según Bettina Schoen-Behanzin, directora en Shanghái de la Cámara de Comercio de la UE. El transporte interior desde las fábricas hasta el puerto se va ralentizado por la escasez de camioneros, confinados o a la espera de hacerse test. Por su parte, Shenzhen, también confinada, cuenta con algunos de los puertos más grandes del mundo. Su cierre el año pasado ya provocó una acumulación de envíos que tardó meses en recuperar su ritmo habitual.
SITUACIÓN EN ESPAÑA
La huelga de transportistas ha acabado a primeros de abril, pero se ha prolongado una semana más en el puerto de Bilbao. La situación allí sigue con mucha congestión para poder sacar toda la mercancía que iba llegando incluso de otros puertos del Cantábrico.